Pininfarina y Ferrari alguna vez se permitieron soñar y proyectaron algo inédito. Un aniversario, un Salón del Automóvil y un cuatro puertas igual de poderoso que cualquier deportivo del fabricante italiano de su época. ¿Una berlina en Maranello? Desliza, conócela al detalle y mira las imágenes.
Cuando el estudio Pininfarina celebró sus cincuenta años de vida, Sergio, hijo del fundador de la firma, buscó aportar a los festejos un diseño sin precedentes para la historia de Maranello. El Salón del Automóvil de Turín de 1980 fue el encuentro ideal para la presentación de un prototipo que nadie más tenía en los planes. Los grandes aniversarios derivan en vehículos sorpresa.
Que la propia Pininfarina realizó años más tarde sedanes y otras carrocerías de Ferrari de cuatro puertas para sus coleccionistas más consentidos es tan cierto como que el Ferrari Pinin 1980 sigue siendo hoy un caso único, pues se trató de un proyecto de sedán consensuado y desarrollado con la propia automotriz de Módena.
El Ferrari Pinin fue escogido por Sergio Pininfarina en homenaje a su padre, Giovanni Battista Farina, cuyo apodo, Pinin, le da el nombre a la compañía. Fue un modelo que no pasó de concepto y del que sólo existe un ejemplar, a pesar de la intención original de construir al menos dos prototipos. En Maranello, poco tiempo atrás habían lanzado, casualmente, el modelo que iba a servir a su realización.
La forma corrió por cuenta del chasis del Ferrari 400 GT, también de diseño Pininfarina. El Pinin se apoyó en el dibujo del deportivo modelo 1976 y de éste tomó el bastidor, apto para un proyecto de cuatro puertas que requería cierto margen para la longitud. Así, sus dimensiones replicaron la altura de su modelo base -1.31 metros- y superaron su largo por un centímetro -4.82 contra 4.81- y su ancho por dos -1.816 contra 1.796.
Fue una berlina a tono con las carrocerías de líneas rectas de las que ningún fabricante, sea americano, europeo o asiático, estuvo al margen; sedanes de la época como el Mercedes-Benz W126 presentado en 1979 -segunda generación de la Clase S, sucesor del W116-, y tantos otros pertenecientes al segmento y que abrieron los 80s como el Peugeot 505, el Ford Fairmont, el Dodge Aspen Special, el Chrysler LeBaron y el Honda Civic.
Pero había diferencia de diseños entre estos sedanes y el Ferrari Pinin. En los primeros, el habitáculo se levantaba en forma mucho más pronunciada. En tanto, el Ferrari adquirió una estética futurista a través de su perfil más fluido y estirado, un recurso que parece el elegido hoy por marcas que ya cuentan con conceptos sedanes para el vehículo eléctrico del mañana, entre ellas las alemanas Audi y Volkswagen. Las batallas largas planean posicionarse a futuro.
La altura del Pinin no pasaba de un metro treinta y generaba una estela aerodinámica que Ferrari no podía permitir romper con su mecánica. Por eso, en lugar de tomar el motor del 400 GT se optó por uno por el que no se viera condicionada la altura del capó. El elegido fue el V12 longitudinal posicionado en 180 grados del 512 Berlinetta Boxer (BB), modelo 1976 como el 400 GT.
De casi cinco litros de cilindrada total, el bloque del 512 BB producía una potencia de hasta 360 cv a 6800 revoluciones por minuto y una velocidad máxima superior a los 300 km/h. A diferencia de su servidor, el Pinin llevó el motor de 12 cilindros al sector delantero y, para ello, aplicó la transaxle, configuración con la cual el poder del bloque era enviado al eje trasero donde se hallaba la transmisión manual de cinco marchas.
Si se considera que Ferrari le puso la firma al proyecto Pinin, que los ingenieros de Ferrari trabajaron en conjunto con el diseñador a cargo Leonardo Fioravanti, que el propio Enzo Ferrari se habría mostrado optimista de su desarrollo desde el primer minuto, que fue en concreto un Ferrari hecho para Ferrari, sí. El Pinin es a la fecha el único Ferrari sedán de la historia.
Distinta es la interpretación si se aparta a la Casa de Maranello de la cuestión. Es que una década y media después Pininfarina volvió a crear un sedán de Ferrari, sólo que esta vez se trató de una rareza por encargo del Sultán de Brunei y de su hermano, el príncipe Jefri Bolkiah: una versión cuatro puertas del Ferrari 456 GT 1992.
Desde su lanzamiento, el Ferrari Pinin 1980 perteneció por años a la colección del ex piloto de la Scuderia Jacques Swaters. Luego fue ingresando a subastas, entre las cuales destaca su venta en 2015 por 1.2 millones de euros. También estuvo presente en 2005, cuando Pininfarina celebró sus 75 años, y con frecuencia es exhibido en el espacio que el Museo Ferrari destina a la obra de Pininfarina. Un modelo, un ejemplar. El único sedán oficial y un cuatro puertas que en 2022 rememoramos a raíz del lanzamiento del nuevo Purosangue. ¿Te habría gustado ver al Pinin en producción?
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